El sector de la construcción está atravesando una rápida transformación a raíz del gran impulso digital. Las nuevas tecnologías de innovación están a la vanguardia para aportar eficiencia y competitividad a todo el sector. Protagonista absoluto de esta transformación es el BIM, acrónimo de "Building Information Modeling" o modelado de información para la edificación.
BIM es un nuevo método de trabajo colaborativo disponible gracias a las tecnologías digitales, que permite proyectar, construir, mantener y utilizar una obra de construcción con mayor eficiencia y optimización. En efecto, todos los datos útiles para los diferentes aspectos del proyecto (arquitectónico, estructural, de instalaciones, energético y de gestión) se incorporan en un modelo tridimensional que puede consultarse y actualizarse coordinadamente en cualquier momento y fase del proceso. Trabajar en BIM significa crear, compartir, conservar y utilizar informaciones y datos por parte de todos los profesionales involucrados en un proyecto durante todo el ciclo de vida de una obra arquitectónica, desde su concepción y gestión una vez terminada hasta su demolición.
La adopción del BIM no comporta la mera compra de un programa, sino la implementación de un método de trabajo concentrado en la información sobre la propia actividad y los datos correspondientes.
El BIM agiliza la ejecución porque, por un lado, permite la correcta planificación de los tiempos y costes de construcción con la consiguiente prevención de errores y, por el otro, simplifica los posibles cambios necesarios a lo largo de la obra.
Asimismo, permite aumentar la eficacia y productividad, reducir los riesgos en la obra, mejorar el mantenimiento y la gestión del edificio y reutilizar correctamente, de manera sostenible, los materiales utilizados al término de su vida útil.
El BIM se está imponiendo cada vez más en el sector de la construcción, en cuanto representa un nuevo paradigma para toda la industria y los profesionales involucrados.
